viernes, 30 de mayo de 2014

La construcción de un sueño II

 
El boceto va tomando forma, aunque aún le faltan detalles.
 
 
 




jueves, 29 de mayo de 2014

Construyendo un sueño.

 
Aún no se ve, es solo un boceto, pero ya está en camino y en breve será realidad.
 
 



jueves, 22 de mayo de 2014

A veces



Las cosas no son como empiezan, si no como avanzan y sobre todo como terminan.

En todos los ámbitos de nuestra vida, hay comienzos nefastos, que al final si hay intención, terminan por enderezarse, otras veces no es posible.

Por eso cuando las cosas no se ven nítidas, mejor parar respirar profundamente y continuar el camino con más fuerza.


Dicen que tropezar y no caer adelantar camino es.

miércoles, 21 de mayo de 2014

viernes, 16 de mayo de 2014

El zorro.






—Los hombres —dijo el zorro— tienen fusiles y cazan. Es muy molesto. También crían gallinas. Es su único interés. ¿Buscas gallinas?
—No —dijo el principito—. Busco amigos. ¿Qué significa «domesticar»?
—Es una cosa demasiado olvidada —dijo el zorro—. Significa «crear lazos».
—¿Crear lazos?
—Sí —dijo el zorro—. Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo...
si me domesticas, mi vida se llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra. El tuyo me llamará fuera de la madriguera, como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves, allá, los campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Es bien triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. Cuando me hayas domesticado, ¡será maravilloso! El trigo dorado será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo...
Si quieres un amigo, ¡domestícame!

—¿Qué hay que hacer? —dijo el principito.
—Hay que ser paciente —respondió el zorro—.