Las vacaciones II

Ernesto fue conducido a su “habitación” mientras Laura era atendida por el personal del “Hotel”, haciéndose cargo de su equipaje así como de todos los deseos y las exigencias que ésta hiciese.



La habitación de Laura era espaciosa con una gran cama con dosel, un gran ventanal ocupaba una de la paredes, por el cual se veía el gran jardín, un edifico que parecían ser las cuadras una pista de entrenamiento para caballos, una piscina, y algo más alejado un gran lago rodeado de árboles, que daban acceso a un gran bosque….Qué bucólico pensó.



Un suave toque en la puerta la saco de su ensoñación, Señora puedo pasar, si adelante, ante ella se postró uno de los sirvientes del “Hotel” Señora pertenezco a la Dama Elara, y me envía para hacerle más agradable su estancia en nuestro “Hotel” mi nombre es ras, y estoy a su disposición todos los días y todas las noches para atender todas sus necesidades, sean cuales estás sean; dormiré a los pies de su cama si UD no indica lo contrarío, y estaré atento a cumplir todas sus indicaciones, órdenes y deseos.



Ernesto mientras tanto, estaba “acomodándose” en su “habitación” dónde le esperaba la que iba a ser su educadora, soy Mistress, Sabina, (enfundada en un traje de amazona y con una fusta con mango de plata en la mano) le decía… a partir de este momento estás bajo mi tutela y a mis órdenes, y estás son las primeras:

Desayuno a las 07:00 hs, ducha a las 08:00, y desde las 08:30 hasta las 14:00 “entrenamiento” Tu Señora nos ha facilitado una lista con las indicaciones precisas para pulir tu aprendizaje, para que cuando salgas de aquí seas como ella desea. Por la tarde desde las 16:00 hs y hasta las 20:00 práctica de todo lo aprendido por la mañana, dónde serás evaluado tanto por Mí como por Otras Damas educadoras así como por otros aprendices.



La “habitación” era un mero cuadrado, compuesto por una pequeña cama, un armario y una mesita, en una de las esquinas había una jaula, y encima de esta una pequeña cámara, había varias argollas sujetas de las paredes y del techo colgaban inertes varios mosquetones de diferentes tamaños, la puerta y la pequeña ventana no tenían más protección que barrotes, dando la impresión de estar más en una celda que en una habitación, de  un panel de madera en la pared colgaban, ganchos y de ellos  diferentes, objetos metálicos así como, collares de cuero, metálicos, látigos, fustas, cadenas, mordazas, correas, bocados, cuerdas, caretas, antifaces, esposas metálicas, de cuero y varios inmovilizadores.

La primera orden que recibió Ernesto, de su educadora, fue que lo único que llevaría puesto durante su permanecía en el “Hotel” sería el collar de su Ama y unas muñequeras de cuero.



Duchate y preséntate ante mí porque vamos a dar comienzo a tus “clases”, mientras iba diciendo esto no dejaba de darse golpecitos en la caña de la bota con la fusta, y Ernesto no podía dejar de imaginarse como sería el estar por un tiempo en manos de aquella “adorable” Mistress. Un fustazo en su más que notable erección le sacó del ensoñamiento........Continuará