miércoles, 25 de noviembre de 2009
27
27 minutos
Dicen los “expertos” que ese es el tiempo necesario para “conectar”con otra persona,
en serio?
Vaya, pero si no nos conocemos ni a nosotros mismos y llevamos toda la vida juntos jejejee. Como para intentar en ese tiempo conocer o conectar con alguien.
Bueno esto viene a colación, por lo siguiente.
La primera cita que tuve con un sumiso duró exactamente eso, 27 minutos, nunca pensé y creo que él tampoco lo pensaba en ese momento, que esos 27 minutos se alargaran a 4 años, que fue lo que duró nuestra relación como Ama y sumiso, bueno la verdad es que no solo fue así, al final teníamos más complicidad, y a día de hoy aún seguimos manteniendo contacto como amigos, y todo esto pensando que de los candidatos que entrevisté en esa época, era el que menos posibilidades tenia, vamos que no encajaba para nada en mis “pretensiones” la “entrevista” desde el principio y a mi modo de ver no iba a prodigarse más de esa coca cola que nos tomamos, él llego algo tarde, según me explicó la semana anterior había quedado con otra Ama bueno según él las denominaba y sigue denominando “supuesta ama” ayssss ese supuesta lo que le costó, pero bueno eso lo leeréis más adelante,,
En fin que la susodicha no se presentó y claro según me dijo ya no se fiaba de nadie, incluso creo recordar que me dijo que estuvo tentado de no presentarse, pero como no le pillaba lejos de su casa el sitio de nuestra cita, pensó en pasar por allí y si había alguien que encajara con mi descripción entraría, y así pasó, allí estaba yo, el sitio tenia su encanto, digo tenia porque por desgracias ya no existe, así que cuando entró y después de la presentación, nos sentamos a charlar,
pero ufffff había algo que no encajaba conmigo, su manera de hablar, por dios que persona más prepotente pensé, ácida e irónica, no podía con eso, me superaba tanta “verborrea” si es que era y es como un niño repelente y empollon, dios como me sacaba y aún hoy me saca de quicio, (será eso lo que me gusta de él)
Según íbamos avanzando en la conversación, yo iba pensado, que no volvería a verle más, por dios que perdida de tiempo,
durante la “entrevista” hubo un gesto suyo que en se momento me dió “repelús” rozó con sus dedos mi zapato, en ese momento ninguno de los dos sabía cuanto significado tendría ese gesto a posteriori, porque justo eso fue lo que hizo que me decidiera a darle al menos una oportunidad, en el fondo había algo en él que me atraía, y me dije vamos a ver hasta donde llegamos……..
Pasó un mes hasta el siguiente encuentro, fue para que él me entregara mi regalo de cumpleaños, regalo que todavía conservo, un gato de cuero de nueve colas, comprado en un sexshop, recuerdo que monté en su coche y me dio una bolsa marrón, toma es para ti me dijo, lo abrí y me encantó, allí mismo lo estrené, no puede resistirme,
ese día acordamos que en unas semanas tendríamos nuestra primera sesión.
Según iba acercándose el día de la sesión, yo me sentiaalgo nerviosa, he de reconcoer que hasta ese momento, no había estado con nadie que tuviera sus “tablas” en el BDSM, claroque había tenido sesiones con sumisos, pero todos eran prácticamente iguales en su forma de comportarse, lo que yo llamo sumisos muebles, ninguno se salía del guión, (cuanto odio eso) bueno para un ratito está bien pero nada más, por eso la sesión que tendría en breve para mi era más que eso, era todo un reto, con un “retador”.
El resto me lo reservo, son mis recuerdos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
LA gente que llega tarde a los sitios, no es de fiar. Deberías haberte marchado, y haberle dejado tirado.
ResponderEliminar¿Segura de que ese local ya no existe?
Una opotunidad se merece todo el mundo no? además sólo fueron unos escasos minutos, no soy tan estricta en no conocederlos,
ResponderEliminarEn cuanto al local qu emenciono,este verano estaba cerrado y con las puerta de entrada llenas de pintadas, la verdad es que me dió pena verlo así, y deduje que lo habían cerrado.
Un chiquito llamado Ismael Serrano dice:
ResponderEliminar"el tiempo inexorable plateará nuestras sienes, y hará de nuestros recuerdos, cenizas y humo"
Ritmo de la canción sin embargo, es bastante más alegre que la letra. Será para compensar.
Muy poético el nuevo nombre para el Alzheimer,
ResponderEliminarEl relato concluye aquí, antes de que mis recuerdos se esfumen como el humo.
y ahora de Sabina, podría venir aquello que decía en pájaros de ciudad:
ResponderEliminar"en Komala comprendí...".
"Peces de Ciudad"
ResponderEliminar(Letra: Joaquín Sabina / Música: Joaquín Sabina,Pancho Varona)
Se peinaba a lo garçon
la viajera que quiso enseñarme a besar
en la gare d'Austerlitz.
Primavera de un amor
amarillo y frugal como el sol
del veranillo de san Martín.
Hay quien dice que fui yo
el primero en olvidar
cuando en un si bemol de Jacques Brel
conocí a mademoiselle Amsterdam.
En la fatua Nueva York
da más sombra que los limoneros
la estatua de la libertad,
pero en desolation row
las sirenas de los petroleros
no dejan reír ni volar
y, en el coro de Babel,
desafina un español.
No hay más ley que la ley del tesoro
en las minas del rey Salomón.
Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis sueños va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un no te quiero querer.
Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad
que mordieron el anzuelo,
que bucean a ras del suelo,
que no merecen nadar.
El Dorado era un champú,
la virtud unos brazos en cruz,
el pecado una página web.
En Comala comprendí
que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver.
Cuando en vuelo regular
pisé el cielo de Madrid
me esperaba una recién casada
que no se acordaba de mí.
Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis venas va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un liguero de mujer.
Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad
que perdieron las agallas
en un banco de morralla,
en una playa sin mar.
“Lo cuento, aunque no sé si le hará gracia: Estaba cantándola Joaquín y se emocionó tanto que paró y lloró. Primera vez que ocurre”.
Pancho Varona
Volvería de nuevo al lugar donde una vez fui feliz.
Si nos vamos sin esperar,
ResponderEliminarpodemos perder la oportunidad.
Un tiempo feliz, es un lugar,
tan facil de pasar,
como dificil de atrapar.
Volver a pasear al compas,
es tan raro, como renunciar
a la esperanza de encontrar.