Cambalache by Ray
(Para Lady Cuir, y para los que no sabemos poner precio a las cosas que merecen la pena )
(Para Lady Cuir, y para los que no sabemos poner precio a las cosas que merecen la pena )
El noventa y nueve por ciento de los críos que se hacen llamar "sumisos" no tienen ni puta idea de lo que es "regalar". Esta noche hablaremos de economía, muchacho. En el capitalismo, todos los objetos tienen un precio. Todo se compra y vende. Desde un lápiz a un Ama.
El sumiso mira el anuncio en el cambalache del ghetto: "Ama acepta sumisos." El crío responde al anuncio :" Hola, ¿me puedes decir lo que haces?". El Ama responde: "Te diré lo que no hago". El crío insiste :"¿Me puedo masturbar en tus botas?".
Si el Ama es Auténtica, en ese momento, lo mandará al jardín de infancia: " Esto no es un cambalache". El crío se da cuenta de que ha dado con un Ama con la que sólo puede negociar una cosa: el día y la hora de su rendición. De modo que aborda a otra Ama que acepte el juego del cambalache.
El sumiso mira el anuncio en el cambalache del ghetto: "Ama acepta sumisos." El crío responde al anuncio :" Hola, ¿me puedes decir lo que haces?". El Ama responde: "Te diré lo que no hago". El crío insiste :"¿Me puedo masturbar en tus botas?".
Si el Ama es Auténtica, en ese momento, lo mandará al jardín de infancia: " Esto no es un cambalache". El crío se da cuenta de que ha dado con un Ama con la que sólo puede negociar una cosa: el día y la hora de su rendición. De modo que aborda a otra Ama que acepte el juego del cambalache.
El noventa y nueve por ciento de las Amas del mercado, aceptarán las exigencias del crío.
Volvamos al mundo de los objetos en el universo capitalista. Existe un objeto que no está sujeto al cambalache del mercado. El regalo. Un Ama es un regalo, un privilegio. Un esclavo es un regalo, un privilegio. Y cuando ambos regalos se encuentran, el esclavo se regala a sí mismo al Ama. Y el Ama, acepta el regalo porque sí, porque "hoy es hoy, caja roja de Nestlé".
Todo lo que no sea esto, es seguirle el juego a esos malditos críos, muchacho.
Volvamos al mundo de los objetos en el universo capitalista. Existe un objeto que no está sujeto al cambalache del mercado. El regalo. Un Ama es un regalo, un privilegio. Un esclavo es un regalo, un privilegio. Y cuando ambos regalos se encuentran, el esclavo se regala a sí mismo al Ama. Y el Ama, acepta el regalo porque sí, porque "hoy es hoy, caja roja de Nestlé".
Todo lo que no sea esto, es seguirle el juego a esos malditos críos, muchacho.
Es grato descubrir que aún quedan Amas que no aceptan cambalaches, sólo sumisos y punto.
ResponderEliminarComo debe ser, o debería ser.
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