miércoles, 12 de enero de 2011
Monte.
Perturbador ruido entre montañas
Que rugen en mi monte de Venus.
Vibran sus declives.
Fluye lava incandescente por sus laderas.
emanando ríos de denso ardor.
Se estremece el monte, y yo.
Ansiosa ante los acontecimientos.
Convulsión de enredada sintonía
de emociones firmes y definidas.
Fulgurante final de un estallido de fervor.
Has franqueado mi monte.
Haz que nazca en su núcleo
la entrega de tu deseo.
Has quebrantado el silencio en mi monte.
Haz de sus restos tu templo.
Acude a mi cada noche
y haz que tiemble de placer mi reino.
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Me aproximo a las laderas de Tu monte, agitado por la emoción, inflamado de deseo. Siento el intenso ardor de Tu lava quemando mis labios, su aroma y esencia penetrando en mis sentidos, embriagándolos y haciendo que mi mente entregue sus últimos reductos de control y racionalidad. Mi corazón late con fuerza y mi cuerpo tiembla, pero mis labios y mi lengua permanecen firmes, centrados en su objetivo, abrasados por Tu fuego. El estallido de Tu volcán regala mi boca con el néctar del placer. El silencio ha sido mancillado, pero ha sido con las voces ancestrales que nos atan. Tu monte es mi sagrado templo, santuario en el que me postro y Te adoro.
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