viernes, 8 de febrero de 2013

Las vacaciones final.

Habían pasado los días y las vacaciones tocaban a su fin.




ernesto estaba feliz, la educación recibida, -aunque intensa y dura- le había proporcionado felicidad por complacer a su Ama, también había sido subastado en varías ocasiones con pujas elevadísimas, -sólo fue superado por un sumiso más joven, sueco para más señas, que al verle te venía a la mente el contrincante ruso de Roky,-que brazos que piernas, que pectorales, que de todo pensaba ernesto,

nadie podía competir con ese sumiso.



Pertenecía a un Ama de las más veteranas,  Italiana para más señas, y  muy sádica como habían podido comprobar todos allí, y a la cual todo el mundo llamaba “La Donna”, y
-”pisellino” que así se llamaba el sumiso-, adoraba en todos los aspectos.



Esa noche era la noche, de las marcas, aquella Ama que así lo hubiese indicado en el formulario de acceso, marcaría a su sumiso con su marca personal, había tres opciones de marcaje, una un tatuaje normal, otra una marca al fuego y la tercera una escarificación.



Había dos tatuadores profesionales, además de dos sumisos que eran médicos, y se encargarían de curar las heridas, así que cualquiera de las opciones tenía todas las garantías sanitarias e higiénicas.



Ernesto se había fijado en las marcas que lucía orgulloso “pisellino” una justo encima de su pezón izquierdo, y la otra se le enrollaba en el bíceps y tenía la forma de un alambre de espino, aparte de los piercings en forma de anillas que llevaba en sus pezones, y que a ellos iba unida una cadena con una argolla y esta se unía a su ves otra cadena con otra argolla dorada, y que cuando ernesto supo para que eran soñó con que su Dueña le hiciera una igual, otras anillas en el escroto y en el glande, además esa noche iba a volver a ser marcado, esta vez iban a hacerle una escarificación en la muñeca, el nombre de su Ama y el código de barras de su registro como esclavo.










Laura sabía del deseo de ernesto por ser marcado por ella, lo habían hablado muchas veces, aunque nunca lo habían llevado a cabo, pero ahora era el momento idóneo. Laura tenía el símbolo que quería que llevase ernesto, y la zona donde quería que este lo llevase, si bien, la decisión final de marcarse y de qué manera era de él.



Y la decisión ya la tenía tomada hacía mucho tiempo, deseaba llevar la marca de su Dueña y que esta fuese hecha al fuego, para ello -y sin que Laura lo supiese-, había pedido que un herrero, le hiciese el símbolo que iba a lucir. Así que, le entregó a Laura un paquetito envuelto en seda, que cuando Laura abrió, la dejó sin palabras, un pequeño sello metálico con su símbolo.






Al fuego, ¿ernesto estás seguro? Si Mi Ama, -es para siempre no podrás eliminarlo nunca, además la zona a marcar es muy sensible-, Señora ya he hablado con los sumisos médicos, y me han dicho que utilizan una técnica especial y no hay ningún problema a la hora de hacer la marca, además Mi Señora como bien sabe ese es mi deseo, soy de su propiedad y es lo que más deseo, llevar orgulloso su marca, suyo por y para siempre.








Y así terminaron las vacaciones de Laura y ernesto, él entregado aún más a su Dueña,  con su contrato que le hací ser de su propiedad, marcado para siempre y habiendo vivido la experiencia más increíble de su vida, y Laura con la mente puesta ya en el siguiente capitulo que haría vivir a su esclavo., de momento cuando llegasen a Madrid ya le tenía reservada una nueva sorpresa. Pero eso ya es otra historia.





2 comentarios:

  1. ummm intrigante.....me quedo con la miel en los labios..deseando ya la próxima entrega....

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  2. Que bonitas vacaciones!! Las mejores vacaciones que pueda tener un sumiso…Acabando bien entrenado y completamente entregado a su Ama.

    Este "palacio de Hungría" es el sueño de cualquier sumiso….jejeje

    Muchas gracias por el relato Lady Cuir.

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