Habían pasado los días y las vacaciones tocaban a su fin.
ernesto estaba feliz, la educación recibida, -aunque intensa y dura- le había proporcionado felicidad por complacer a su Ama, también había sido subastado en varías ocasiones con pujas elevadísimas, -sólo fue superado por un sumiso más joven, sueco para más señas, que al verle te venía a la mente el contrincante ruso de Roky,-que brazos que piernas, que pectorales, que de todo pensaba ernesto,
nadie podía competir con ese sumiso.
Pertenecía a un Ama de las más veteranas, Italiana para más señas, y muy sádica como habían podido comprobar todos allí, y a la cual todo el mundo llamaba “La Donna”, y
-”pisellino” que así se llamaba el sumiso-, adoraba en todos los aspectos.
Esa noche era la noche, de las marcas, aquella Ama que así lo hubiese indicado en el formulario de acceso, marcaría a su sumiso con su marca personal, había tres opciones de marcaje, una un tatuaje normal, otra una marca al fuego y la tercera una escarificación.
Había dos tatuadores profesionales, además de dos sumisos que eran médicos, y se encargarían de curar las heridas, así que cualquiera de las opciones tenía todas las garantías sanitarias e higiénicas.
Ernesto se había fijado en las marcas que lucía orgulloso “pisellino” una justo encima de su pezón izquierdo, y la otra se le enrollaba en el bíceps y tenía la forma de un alambre de espino, aparte de los piercings en forma de anillas que llevaba en sus pezones, y que a ellos iba unida una cadena con una argolla y esta se unía a su ves otra cadena con otra argolla dorada, y que cuando ernesto supo para que eran soñó con que su Dueña le hiciera una igual, otras anillas en el escroto y en el glande, además esa noche iba a volver a ser marcado, esta vez iban a hacerle una escarificación en la muñeca, el nombre de su Ama y el código de barras de su registro como esclavo.
Laura sabía del deseo de ernesto por ser marcado por ella, lo habían hablado muchas veces, aunque nunca lo habían llevado a cabo, pero ahora era el momento idóneo. Laura tenía el símbolo que quería que llevase ernesto, y la zona donde quería que este lo llevase, si bien, la decisión final de marcarse y de qué manera era de él.
Y la decisión ya la tenía tomada hacía mucho tiempo, deseaba llevar la marca de su Dueña y que esta fuese hecha al fuego, para ello -y sin que Laura lo supiese-, había pedido que un herrero, le hiciese el símbolo que iba a lucir. Así que, le entregó a Laura un paquetito envuelto en seda, que cuando Laura abrió, la dejó sin palabras, un pequeño sello metálico con su símbolo.
Al fuego, ¿ernesto estás seguro? Si Mi Ama, -es para siempre no podrás eliminarlo nunca, además la zona a marcar es muy sensible-, Señora ya he hablado con los sumisos médicos, y me han dicho que utilizan una técnica especial y no hay ningún problema a la hora de hacer la marca, además Mi Señora como bien sabe ese es mi deseo, soy de su propiedad y es lo que más deseo, llevar orgulloso su marca, suyo por y para siempre.
Y así terminaron las vacaciones de Laura y ernesto, él entregado aún más a su Dueña, con su contrato que le hací ser de su propiedad, marcado para siempre y habiendo vivido la experiencia más increíble de su vida, y Laura con la mente puesta ya en el siguiente capitulo que haría vivir a su esclavo., de momento cuando llegasen a Madrid ya le tenía reservada una nueva sorpresa. Pero eso ya es otra historia.
ummm intrigante.....me quedo con la miel en los labios..deseando ya la próxima entrega....
ResponderEliminarQue bonitas vacaciones!! Las mejores vacaciones que pueda tener un sumiso…Acabando bien entrenado y completamente entregado a su Ama.
ResponderEliminarEste "palacio de Hungría" es el sueño de cualquier sumiso….jejeje
Muchas gracias por el relato Lady Cuir.