martes, 26 de febrero de 2013

Los regalos.






Debido a su profesión Santiago, viaja con frecuencia, París Londres, Frankfurt, eran sus puntos de destino semana si y semana también, Muchos madrugones, interminables reuniones, soledad en los hoteles


Pero desde que conoció a su Ama algo había cambiado en su rutina, en su soledad,. Pensar en ella le hacía sentirse más dichoso más acompañado, Ese sentimiento tan abrumador le había hecho tener un impulso, y en una de las pocas tardes de las que había tenido libres le había comprado a su Ama un regalo, regalo que ambos compartirían, pensar en ello le hizo estremecerse.


A su vuelta de Frankfurt, y mientras esperaba el equipaje en la terminal, si bien siempre viajaba con equipaje de mano, pero su impulso le había obligado a facturar el paquete que le traía a su Ama, le envió un mensaje a su Ama,



>>Querida Ama ya he regresado, ¿cuándo podemos vernos<


>> En una hora donde siempre>>

Sin tardar más tiempo del necesario recogió el equipaje, llegó a casa se duchó, y acudió a verla en menos de 30 minutos, llamó a la puerta por mera cortesía pues está ya estaba abierta,


La entrada estaba escasamente iluminada por varias velas indicándole el camino a seguir. Encima de una mesita encontró su collar y su cadena. Ya sabía lo que eso significaba. Su ama deseaba tenerle desnudo con el collar y a sus pies.





Se desnudó un tanto nervioso. Caminando de rodillas , con el regalo en las manos, acudió a los pies de su Ama, sentir el collar en su cuello le hizo tener una erección instantánea, llevaba tantos días sin sentir su presencia sin sus “caricias” que no pudo evitarlo, y al verla allí en todo su esplendor no hizo sino acrecentar esa erección.

Su Ama su adorada Ama estaba allí. Con ese vestido que tanto le gustaba, las sandalia de charol con ese tacón de vértigo, y que dejaban ver sus maravillosos pies, que él tanto anhelaba adorar, y que no dudo en besar en señal de saludo y sumisión

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No era necesario que me trajeras nada, aunque ya sabes que me encantan las sorpresas,

Le entregó la caja para que ella la abriera


.- Ábrela y tú y enséñame que hay dentro-


- Que botas tan bonitas, me encantan, es todo un detalle por tu parte. Pónmelas



Sin decir nada, le quitó lentamente cada una las sandalias, besando suavemente cada uno de sus dedos, el empeine, con delicadeza para no hacer daño a esos divinos pies. Le calzó las botas y ambos comprobaron que le quedaban perfectas,

Él con la excusa de abrocharle las botas, no podía dejar de mirar hacía arriba, hacía su sexo que tanto deseaba comerse, deleitándose y relamiéndose, y pensando que ojalá su Ama le permitiera adorarlo.

Ella al percatarse de sus intenciones le apartó con un o pie

-solo las botas esclavo solo las botas-

Con las botas puestas se puso a caminar alrededor de su sumiso, rozándole en cada paso, haciéndole sufrir con cada pisada. Con cada roce del tacón en su piel.


-Me encantan las botas, y por este detalle hoy te daré un premio, serás el primero en lamerlas y dejarlas más brillantes de lo que ya están.


- Pero ahora abre el otro paquete quiero ver que hay entro-

Un corsé de fino cuero negro con corchetes delanteros y un condón cruzado detrás.



-Precioso ahora tienes que ponérmelo también-
Para ello le quitó el vestido, dejando ver un tanga negro y un ligero del mismo color, que sujetaba unas medias con costura. Y él allí empalmado goteando mientras desvestía y ayudaba a su Ama ponerse el corsé, una vez la había vestido, calló de rodillas a la altura de su sexo, empapándose de su aroma, su pene iba a reventar.


-Mi querido sumiso me gustan tanto tus regalitos que voy a ser condescendiente y vas a tener otro premio. Voy a permitirte lamer mi sexo, y cambio yo te sodomizaré hasta que aúlles, no sé si de dolor o de placer-




Ahora en la soledad de otra habitación de hotel, en otra ciudad, recordaba cada uno de los detalles de ese encuentro con su Ama, y a su mente acudió el facesitting que le hizo, y en como lo disfrutó, como el tacón de sus botas le marcaba la piel. Y en como aulló cuando su Ama le sodomizaba, la erección no se hizo esperar, pero el CB que llevaba puesto no le permitía lugar a ejercitar ninguna maniobra, le oprimía el pene y los testículos a punto de reventar, le encantaba esa sensación de dolor y placer mezclados.



Nota mental mañana en cuanto acabe las reuniones he de darme una vuelta por la , Rue Faubourg Saint Honoré o a la Avenue Montaigne quiero llevarle otra sorpresa a mi Ama.

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2 comentarios:

  1. Bonito intercambio de regalos.

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  2. en toda relación hay un intercambio....en estas además sobre todo y por encima de todo hay entrega y adoración.

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