lunes, 26 de noviembre de 2012

English class








El profesor llamó a la puerta y ella abrió en persona. Vestida con un pantalón ajustado negro, botas de montar del mismo color y una blusa blanca, ofrecía un aspecto realmente impresionante que dejó al profesor casi paralizado en el umbral. Ella sonrió:




- No se sorprenda por mi atuendo, profesor, después de su clase tengo mi hora de equitación y prefería estar preparada para no llegar tarde.

- No sabía que practicara la equitación. A mi también me gustan los caballos- respondió él.

- Son animales muy bellos y fieles. Adoro montar, procuro ir todos los días al club de equitación. Suelo ir por las mañanas, pero hoy he debido cambiar los planes.

- ¿Y tiene un caballo propio?

- Sí, se llama Argos – la cara de la señora resplandeció al hablar de su caballo- Es negro, alto, fuerte, resulta delicioso cabalgar sobre su grupa.



El profesor sonrió algo nervioso y acarició su cartera de cuero, donde llevaba los papeles y libros con los que venía a dar su clase semanal de inglés. Llevaban algunas semanas con las lecciones y la alumna había realizado grandes progresos, a pesar de que nunca antes había estudiado dicho idioma.

El profesor y la alumna se sentaron, como siempre, en torno a una mesita que había en el salón, junto a un gran ventanal que daba a la terraza y a la calle. El profesor sacó los papeles de su cartera y miró a la señora:

- Vamos a repasar lo ya visto, si le parece.

- Me parece muy bien- dijo ella.

- Repasaremos los gustos y preferencias. Do you like red wine?

- Yes, I do- dijo la señora.

- Do you prefer tea or coffee?

- I prefer tea.

- Would you like a piece of cake?

- Oh, yes, I’d love a piece of cake now.

- Do you like riding horses?

- Yes, I like riding horses.

El profesor sonrió, un poco ruborizado.

- Muy bien, veo que recuerda todo bastante bien.

- Gracias, profesor- respondió ella con otra sonrisa.

- Have you done your homework?- preguntó él.

Ella frunció un poco el ceño, insegura de lo que le preguntaba.

- ¿Se refiere a los deberes que me puso, si los he hecho?

- Sí, los deberes, your homework.

- Me temo que no- dijo ella tranquila y segura- no me ha sido posible, eran un poco difíciles.

- Vaya- respondió el profesor- no pensaba que lo fueran. ¿Por qué no me llamó para decírmelo? Le habría explicado lo que no entendía. Es una lástima, ya sabe que creo que hay que hacer los ejercicios cada semana para seguir progresando.

- Yo también lo creo.

- Bueno, no pasa nada, le puedo explicar lo que no entienda y los hace para la semana que viene.

- Me parece bien pero, ¿no cree que cuando un alumno no hace sus tareas merece recibir un castigo O en su acaso el profesor debe hacerse responsable subsidiario de ese castigo?

El profesor se sobresaltó un poco y nuevamente se ruborizó.

- No es para tanto, por no haber podido hacer los ejercicios no creo que usted merezca un castigo.

- Yo creo que sí –insistió ella- las excusas son una explicación, pero no eximen de la responsabilidad. Yo soy una persona responsable y creo que cuando alguien no cumple con su obligación merece un castigo, o cuando menos una reprimenda.

El profesor casi tartamudeó al contestar.

- ¿Y qué castigo cree usted que debería imponerle por no hacer la tarea?

- ¿Cómo lo preguntaría en inglés?

- Which punishment do you deserve for not doing your homework?

Ella lo repitió lentamente, mirando a los ojos al profesor. Él estaba desconcertado, no sabía qué decir o hacer. Entonces  se levantó y abrió un cajón de un armario. Para la inmensa sorpresa del profesor, sacó una elegante fusta de cuero y se acercó nuevamente a la mesa con ella junto a su muslo derecho.



- ¿Cómo se dice fusta en inglés?

- Crop- dijo él, tragando saliva.

- Crop- repitió ella, sonriendo-. Es curioso que usted conozca esa palabra. Sabe mucho inglés.

Él sonrió también, pero se daba cuenta de que era una sonrisa forzada. Su corazón latía con fuerza y su respiración comenzaba a ser agitada.

- ¿Usted cree que una alumna que no hace su tarea debe ser azotada con esta fusta?- Evidentemente los planes de la alumna eran otros-

Como no sabía qué contestar, el profesor sólo acertó a repetir la pregunta en inglés:

- Do you relieve that a student who doesn’t do her homework should be spanked with this crop?

- Muy bien, profesor, hoy estoy aprendiendo muchas cosas- dijo ella con una leve sonrisa, dominando la situación.

Ella levantó la fusta y comenzó a acariciar con ella el rostro del profesor. La pasó por su barbilla, sus mejillas, sus labios, mirándole serenamente. abrió un poco la boca para poder respirar y cerró los ojos durante unos instantes.

- ¿Siente lo agradable que es?- preguntó la señora-. El tacto del cuero es maravilloso. Suave, cálido, de inconfundible aroma. Su caricia es única. Me encanta el cuero- añadió.

El profesor sólo pudo asentir con la cabeza  y temblando cerrar los ojos. La señora había tomado posesión de él y sólo podría hacer lo que ella quisiera.....Continuará.





8 comentarios:

  1. pero que continué pronto... que nos hemos quedado con la miel en los labios

    ResponderEliminar
  2. ufffff exciting, I´d like to be the professor in that situation

    ResponderEliminar
  3. Pues chuperreate la miel, porque todo lleva su proceso y la creación de historias más.

    ResponderEliminar
  4. Seguro que la alumna disfruta especialmente con la cara de estupor del profe cuando le dice que merece el castigo. Y la emoción y el temblor de él al darse cuenta de la situación...

    ResponderEliminar
  5. Sí, tiembla de emoción. Al principio no puede creerse que eso esté sucediendo, a la sorpresa le sigue una intensa emoción y el profundo deseo que surge de la entrega.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.